Quien no ha oído hablar del gotelé a estas alturas. Viene formando ya parte de nuestro vocabulario familiar casi desde que existimos como democracia.
Si analizamos en que consiste, nos daremos cuenta lo que viene a decir también de nosotros como cultura y sociedad, y podemos ver a través de él y y sus sucedáneos, nuestra forma de ver o comprender lo que fueron nuestros primeros balbuceos en lo que a decoración se refiere de nuestros pisos o casas.
“HORA DE RENOVARSE ECHANDO UN VISTAZO A NUESTRO PASADO MÁS CERCANO”
La palabra gotelé viene incluso en la “rae” y viene a definirse como “Pintura de pared que presenta un relieve en forma de gotas pequeñas”. Esas gotas pequeñas eran proyectadas con un calderín, ayudado a su vez de un compresor, que el pintor de toda la vida iba aplicando a modo de fumigación a diestro y siniestro por todas las paredes de nuestras casas, sin apenas esfuerzo y pudiendo variar incluso el tamaño de la misma según abriera o cerrara la boquilla de la pistola. Así contado parece casi mágico-religioso, pero la verdadera realidad era otra: lo que parecía ser en sus primeros momentos la punta de lanza en lo que a decoración se refiere, su principal cometido era la de ocultar fallos en esas paredes que pocas veces pudimos disfrutar en su máximo esplendor.
SOLUCIONES PARA LA ELIMINACIÓN DEL GOTELÉ
En fin, el gotelé forma parte ya de nuestro pasado y se le va destronando de nuestras viviendas poquito a poco. Lo único, que algunos de sus daños colaterales es su difícil extinción, y para erradicarlo por completo, como si de un virus se tratara, es lo que nos viene dando algún que otro quebradero de cabeza, como a aquellos que aún lo tienen aún en sus paredes. Al haberse pintado ese gotelé de pintura plástica una y otra vez a lo largo de los años, su plena eliminación se nos pone más cuesta arriba, por lo que las únicas maneras de eliminarlo son:
- Por medio enlucidos con emplastes.
- Lijados con máquinas profesionales.
El enlucido suele ser la más generalizada y suele realizarse con productos ideados por las diferentes marcas del mercado viniendo su presentado en sacos a modo de yeso o escayola. En concreto suelen ser fórmulas ideadas para reparar esas paredes con restos de gotelé en la mayoría de los casos y sus cualidades de lento fraguado, capacidad de dejar capa gruesa en su arrastre y tener un fácil lijado, vienen a convertir de nuevo las paredes, en superficies lisas y vírgenes, y listas para hacer en ellas lo que realmente nos apetezca.
“NUESTRAS PAREDES COMO UN LIENZO EN BLANCO, COMO EMPEZAR DE CERO”
Es desde ahí donde podemos empezar a pensar, como el dibujante ante un lienzo en blanco. Una pared lisa, con un acabado liso y perfecto tan solo pintado con una pintura plástica de calidad, será mucho más elegante que cualquier textura que se haya realizado sin ninguna intención decorativa, como lo era en su gran mayoría los picados o gotelés antiguos.
Ni que decir que desde nuestra parte no quedará la de aconsejar el papel pintado, como una opción siempre maravillosa, y que aplicado en pocas dosis y escogido entre una gran variedad casi infinita de oferta que se ofrece a día de hoy, nos abra una elegante opción para decorar nuestras estancias.
A si que si aún hay gotelé en tus paredes, vete pensando en darle esquinazo.
Hasta la próxima.